jueves, 28 de noviembre de 2013

freddy baner camacho rivas  Filipenses 4:4. ¡Regocijaos en el Señor siempre! Repito: ¡Regocijaos!

Hoy estoy gozoso, pues el Señor me permitió celebrar un año más de vida. 365 días más cumplidos sobre esta tierra. Y aunque uno quisiera seguir siendo joven todo el tiempo, es un hecho que los años causan estragos en nuestras vidas. Pero cada año vivido, debería ser motivo de gratitud a Dios, de ofrendar nuestro corazón gozoso por sus proezas en el año que nos dio. Y no de festividad a la persona que cumple los años. Pues por gracia de Dios tenemos vida, y podemos gozar de todo lo que nos rodea: bendiciones abundantes de Dios. Nada pasa si Él no lo permite.
Cada vez que se acerca el cumpleaños, la familia se afana por festejar, alagar y hacer sentir bien al cumpleañero. Los amigos y conocidos envían mensajes de felicitaciones, y buenos deseos. Esto hace que la persona se sienta querida e importante. Pero ¿dónde quedo el que hizo todo por el cumpleañero? Y no me refiero a los familiares y amigos. ¿Qué alago o festividad recibe Dios del festejado y los que festejan?
Eso me recuerda que se acerca una fecha muy importante en el mundo entero. La navidad; si, las celebraciones grandes de fin de año. Donde las luces, los colores, los sabores, regalos, compras excesivas y las tradiciones festivas llenan el ambiente. Todos anhelan estas fechas no por el significado en sí. Sino porque es la excusa perfecta para hacer a un lado problemas, deudas, trabajo y muchas otras cosas a las cuales estamos habituados en los demás días. Otros llaman estas fiestas como la fecha de reunión familiar.
Navidad: latín: Nativitas, ‘nacimiento’. Fecha puesta en el calendario Juliano, que fue modificando dando paso al Gregoriano. Creado por el Papa Gregorio XIII. Y adoptado por muchas iglesias en el mundo entero, aun algunas protestantes. Navidad significa Natividad o nacimiento. ¿De quién? La respuesta es de Jesucristo hijo de Dios, nuestro Señor todopoderoso. En otra palabras celebrar la navidad es celebrar el cumpleaños de Jesús. Es una forma de recordar que Nuestro Dios por amor a nosotros se hizo hombre, y vino a nacer a este mundo pecaminoso, para proveer salvación a cada uno de los que habitamos este mundo. Que hermoso es pensar en eso.
Sin embargo al llegar la fecha de celebración del cumpleaños de Jesús, se nos olvida el motivo de celebración y se nos olvida a quien festejamos. Le damos más importancia a ¿qué regalos recibiremos? Cuando los regalos deben ser para el cumpleañero. Importa más ¿qué ropa compraremos para estrenar en navidad? que mirar el hermoso regalo de la vida que nos ha provisto al venir a esta tierra, al morir por ti y por mí. Importa más la decoración de la casa, aunque en la casa Dios no habite. Importa más los platillos que comeremos, aun sin dar gracias por que durante toda la vida, Él ha provisto de toda bendición. Aún todavía para arruinar este hermoso evento, a alguien, se le ocurrió crear un cuento: De un hombrecito gordo y barbón, vestido de color rojo, que tiene un trineo que vuela, que es jalado por renos y que trae regalos a los niños que se portan bien. Dejando en el olvido el nacimiento de Jesús. Y hoy la gente al pensar en la navidad, piensa solo en Santa Claus (papá Noel).
La fecha del nacimiento de Jesús según las escrituras, no es en la que el mundo lo festeja. ¿Y? Algunos se mofan en decir es fiesta pagana, nosotros no debemos celebrarla. La biblia no lo dice así, dándose golpes de santidad. La Biblia no enseña de festejar el cumple de Jesús, pero si está escrito su nacimiento porque Dios quería que recordáramos su gran amor por nosotros al venir a este mundo. La celebración de nuestros cumpleaños no está registrado en la biblia que deba hacerse y lo hacemos. Los quince años no aparecen tampoco registrados en la biblia que deban celebrarse y se celebra. Cuando una persona muere se le lleva flores, y la biblia no enseña eso. Es cierto que no debemos celebrar la navidad al igual que el mundo. Más sin embargo debemos enseñar al mundo como debiéramos celebrar a nuestro Dios. Si aún nosotros festejamos nuestro aniversario de lo que sea, y nos agrada ser el centro de atención en esas fechas. ¿Por qué no festejar el cumpleaños terrestre, al que nos da la vida y la da en abundancia? Es cierto que todos los días debemos alabar y adorar al Señor. Pero si a alguien se le ocurrió la brillante idea, de poner una fecha para dedicarlo a pensar en ese gran regalo de la primera venida de Jesús, y que nos da la seguridad de que vendrá por segunda vez. ¿Por qué en vez de oponernos a esa gran idea? Mejor, nos convertimos en generadores de ideas, para testificar del amor de Cristo Jesús.
Si a ti te gusta celebrar tu cumpleaños, o el de tu ser querido aun sin ser la fecha del nacimiento exacto. ¿Por qué no celebrar el de Jesús? ¿Por qué criticar y señalar, en vez de motivar e instar a pensar en Jesús? Celebrar a Jesús por lo que sea, en la fecha que sea. ¿Tiene algo de agraviante? Creo firmemente, lo agraviante sería desperdiciar el momento para dar honra y gloria a nuestro Dios. La pregunta que debiéramos hacernos seria: ¿Cómo aprovechar el momento? A través de ofrenda de gratitud, tal como los magos de oriente lo hicieron al traer presentes de gran valor a Jesús. ¿Por qué no celebrar comprometiéndonos a darle nuestra vida completa a Él, Rey de reyes y Señor de señores? ¿Porqué no cantar alabanzas, dar conciertos de música que enseñen de su natividad en este mundo, y enseñarlo a quien no sabe? ¿Por qué no demostrar el amor al prójimo tal como Él lo enseño? Si en todo el año no hemos tomado tiempo para agradecer y pensar en el amor y la bondad de Jesús hacia nosotros.
Navidad es el tiempo apropiado al fin del año, para tener un tiempo de reflexión, de testificar, y de alegría en Cristo Jesús. Aunque no sea tiempo bíblico, gocémonos. Dejemos el fariseísmo y la hipocresía aun lado y lo que es hecho para honra de Dios, hagámoslo según sus principios sin errar el camino, dándole la adoración que solo el merece. Sin ser piedra de tropiezo para nadie, sino ejemplo de salvación. El Apóstol Pablo decía: “Me hice débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me hice todo, para que de todos modos salve a algunos”. 1 Corintios 9:22.
Este año yo festejare el aniversario de Jesús, y me regocijare. Intentare que Él sea el festejado, intentaré adorarlo, agradarlo, dándole el regalo de mi vida. Aunque sea de Él. Pondré mis dones y talento a su servicio. Haremos que mi familia y mis hermanos en la iglesia mediten en sus bondades. Veremos en ese bebe de Belén la esperanza del perdón de mis faltas y la restauración de nuestras vidas. Así también en la promesa de que vendrá una vez más, pero ahora en un trono sublime. Doblegaremos nuestro corazón, ante tan más grande y noble amor manifestado en el pesebre. Inundaremos nuestros hogares de ternura. Y mostraremos nuestro amor hacia los prójimos compartiendo la belleza de su gran amor. Prepárense, este podría ser el último cumpleaños a celebrar sobre esta tierra. Alistemos nuestra gratitud, y nuestra mejor adoración. Dios nos colme de bendiciones en la manera que seamos considerados y agradecidos con Él y con nuestros próximos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario